Por: Valdeck Almeida de Jesus
A impressão que tenho é que todo mundo quer falar, mostrar, exibir, receber atenção, ser ouvido(a)...
Sem contestar, sem crítica, só elogios, acolhimentos...
Parece que estamos meio perdidos neste universo, sem rumo, tentando se entorpecer e se entreter com algo enquanto a morte não chega...
É uma tarefa quase impossível encontrar um ouvido aberto, disposto, disponível a ser escuta neutra, sem julgamento nem questionamentos...
Todo mundo quer desabafar, se livrar do emaranhado de regras, leis, profecias, traumas, expectativas, proibições, pecados... e não há saída, não há divã, não há praça pública, não há quem leia, não há quem aplauda, não há quem esteja a fim de bancar abrir as trancas, quebrar os cadeados, queimar os livros sagrados...
Resta falar, falar, pintar, pintar, esculpir, esculpir, musicar, musicar, exercitar, exercitar... se debater até serem arrancados os braços, pernas, tronco, intestinos, bolas dos olhos, orelhas, dedos, e a massa cinzenta rolar e ser comida pelas formigas...
Antes, tem os muros, as televisões, as rádios, os jornais, as redes sociais. Palavras, palavras, risos, risos, joinhas, joinhas, corações pulando, bom dia boa tarde boa noite, como tá, tchau, e tome chuva de links, mensagens de conforto, denúncias, imagens de assassinatos, crimes diversos, e gritos e risadas e falas, e áudios, e textões e textos e textinhos, falados, escritos, desenhados... para todo o sempre...
¿Tienes los oídos abiertos como orinales?
Por: Valdeck Almeida de Jesús
La impresión que tengo es que todos quieren hablar, mostrar, presumir, recibir atención, ser escuchados...
Sin competencia, sin críticas, sólo elogios, bienvenidas...
Parece que estamos perdidos en este universo, sin dirección, intentando adormecernos y entretenernos con algo mientras la muerte no llega...
Es una tarea casi imposible encontrar un oído abierto, dispuesto, disponible para ser un oyente neutral, sin juicios o cuestionamientos...
Todos quieren salir de la maraña de reglas, leyes, profecías, traumas, expectativas, prohibiciones, pecados... y no hay salida, no hay diván, no hay plaza pública, nadie para leer, nadie para aplaudir, nadie para abrir las cerraduras, romper las cadenas, quemar los libros sagrados...
Sólo queda hablar, hablar, pintar, esculpir, esculpir, hacer música, ejercicio, ejercicio... luchar hasta que los brazos, las piernas, el tronco, los intestinos, las bolas de los ojos, los oídos, los dedos y la materia gris rueden y sean comidos por las hormigas...
Antes, están las paredes, los televisores, las radios, los periódicos, las redes sociales. Palabras, palabras, risas, alegrías, corazones saltones, buenos días, buenas tardes buenas noches, ¿Cómo estás?, adiós, y toma lluvia de enlaces, mensajes de consuelo, informes, imágenes de asesinatos, crímenes varios, y gritos y risas y charlas, y audios, y textos y pequeños y textos largos, hablados, escritos, dibujados... por siempre y para siempre...